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La necesidad de una regla fiscal para Uruguay

septiembre 27, 2010 Deja un comentario Go to comments

Entrevista en el diario El País de Uruguay (24 de septiembre de 2010)

«Con regla fiscal habría mayor claridad y certeza»

El economista jefe de Grupo Security de Chile, el uruguayo Aldo Lema, afirma que Uruguay tiene la «oportunidad histórica de despejar definitivamente el riesgo de una nueva crisis como la de 2002». En entrevista con El País, dijo que para ello es necesario tener superávit fiscal de manera de alejar el riesgo de insolvencia y porque es la manera más eficiente de contrarrestar la caída del dólar.

– ¿Cómo ve la economía global en los próximos años?

-El clima global es muy favorable y probablemente se puede prolongar por algunos años, en el sentido que China, por ejemplo, tiene un crecimiento potencial entre 8% y 9% para la próxima década según el FMI y en el caso de EE.UU. -el otro polo importante para la economía mundial- si bien va a tener una recuperación con altibajos, lenta, debería irse consolidando. Eso permite proyectar tasas de crecimiento para el mundo de 3,5% a 4%, que si bien es una cifra menor a la que hemos tenido en los últimos trimestres, es en perspectiva histórica una buena cifra, parecida a la que tuvimos en la década del `90.

– ¿Cómo se posiciona Uruguay en ese contexto?

-El escenario global es favorable para los países emergentes, el riesgo de recaída parece bastante poco significativo, acompañado eso de un dólar débil, de tasas de interés bajas, de condiciones financieras expansivas, de que probablemente los emergentes pueden recibir muchísimo financiamiento en los próximos años y además de precios de materias primas altas. Es un contexto no muy distinto al que enfrentó Uruguay y la región entre 2004 y 2007, es una bonanza renovada, sesgada hacia países emergentes y con riesgos, que si bien están latentes están sobredimensionados como el de una crisis en Europa y sus consecuencias sobre el mundo. Es una oportunidad para sostener tasas de crecimiento altas.

– Una de las críticas que ha recibido el gobierno es haber elaborado el Presupuesto quinquenal con proyecciones demasiado optimistas, ¿comparte esos cuestionamientos?

-El test duro va a estar en cómo maneje el gobierno la bonanza en los próximos años. Ojalá hubiéramos tenido una regla fiscal de antemano para saber el manejo que iba a resultar si efectivamente el escenario optimista se materializa o si incluso es aún más optimista de lo que hoy está implícito en los supuestos (del Presupuesto). Con una regla fiscal (con la que se ahorraran los recursos no previstos que ingresaran) habría mayor claridad en esa línea y ciertas certezas de que Uruguay iba a consolidar definitivamente su estabilidad macro. No obstante, en la medida en que estamos con cierta discrecionalidad, que tenemos dudas respecto a cómo se va a ir ejecutando en el futuro el Presupuesto si los escenarios son más favorables, el desafío del gobierno es tener un quinquenio con superávit fiscal (N. de la R.: actualmente hay déficit fiscal de 0,9% del PIB). Eso no está contemplado en el Presupuesto pero podría materializarse en la medida que los resultados sean mejores que lo esperado y en la medida que eso ocurra Uruguay podría consolidar su estabilidad macro. Es imprescindible tener varios años de superávit fiscal. Primero, porque definitivamente aleja el riesgo de insolvencia fiscal, que es la condición necesaria para dar un salto hacia niveles de desarrollo más alto y segundo, es la herramienta más eficiente para contrarrestar una inexorable caída del precio del dólar dado este boom de actividad y gasto en el sector privado.

– ¿Ese es el único mecanismo para sostener al dólar?

-En el caso de Chile, y no es la única experiencia, la forma de amortiguar la caída del tipo de cambio es sosteniendo altas tasas de ahorro en el período de bonanza. No hay otro mecanismo tan eficiente para sostener un tipo de cambio menos depreciado como el generar ahorro genuino que permita comprar esos dólares. La alternativa de adquirir dólares financiados con deuda, no afectan el tipo de cambio real o la competitividad en el largo plazo, puede que transitoriamente el tipo de cambio suba, pero no lo vamos a sostener si no está apoyado en fundamentos de mayor ahorro en el sector público y eventualmente en el sector privado. Las estimaciones disponibles para Chile muestran que en la bonanza anterior (2004-2007), se ahorró 20% del Producto en el sector público. Si eso se hubiera gastado el tipo de cambio real hubiera estado 20% más abajo. En la medida que Uruguay siga creciendo más rápido que EE.UU. y el mundo, su moneda va a tender a apreciarse, fundamentalmente respecto al dólar. Para amortiguar eso hay que frenar la expansión del gasto público e ir hacia excedentes fiscales que permitan acumular genuinamente dólares. No hay otras alternativas, las demás son fuegos artificiales que pueden tener efectos de corto plazo.

– La respuesta del gobierno puede ser «cómo digo que no a las necesidades que la sociedad uruguaya tiene todavía y paso a una política de ahorro fiscal».

– No hay razones que justifiquen que Uruguay no tenga superávit fiscal en los próximos años estando en pleno empleo -una tasa de desocupación por debajo del 7% en Uruguay es pleno empleo-, en una economía con algunos riesgos de sobrecalentamiento. En la medida que yo mantenga el auto fiscal a una alta velocidad y a su vez los privados están a una alta velocidad, se van a ir incubando desequilibrios y en tres, cuatro o cinco años más cuando tengamos eventualmente un escenario más adverso, los ajustes van a ser más traumáticos y más costosos. Uruguay tiene dos experiencias en ese sentido, la del `82 y la de 2002. Vivimos dos interrupciones de procesos de fuerte estabilidad. Teníamos tres grandes fragilidades: la estabilidad macro no estaba consolidada y teníamos grandes vulnerabilidades fiscales, teníamos una economía muy dolarizada y habíamos sembrado poco para tener un crecimiento potencial más grande que ante un cambio en el escenario externo nos dejara creciendo a un ritmo relativamente razonable. Esas son las tres vulnerabilidades que hoy Uruguay tiene una oportunidad histórica, este ministro (de Economía, Fernando Lorenzo) y algunos de los subsiguientes tienen la oportunidad histórica de despejar definitivamente el riesgo de una nueva crisis como la de 2002 o laa del `82. 

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