Central Podría Evaluar Una Aceleración del Ajuste Monetario en Marzo o Abril
Entrevista a Estrategia (Lunes 6 de diciembre de 2010)
El economista jefe de Banco Security, estima que la actividad doméstica expondrá un crecimiento cercano al 7% este trimestre, similar tasa que espera para el próximo año.
– En los últimos dos trimestres, la economía exhibe un crecimiento promedio de 6,8%, y las expectativas para lo que viene parecen ser alentadoras, ¿qué tan sostenible es la actual tasa de expansión?
– Chile cerrará el actual cuarto con un alza en su PIB ligeramente sobre el 7%, pero lo más importante es que la tasa trimestral anualizada (según parámetros anglosajones), es del orden del 10%. En definitiva, incluso ahora, en estos meses, el país ha mantenido el alto dinamismo, en particular, impulsado por la demanda interna que sube entre 15% y 20%.
– ¿Qué espera para 2011?
– El escenario previsto apunta a una prolongación de este ritmo. Es muy probable que la actividad se perfile en torno al 7% con un gasto aún elevándose a niveles de dos dígitos, fundamentalmente, empujado por el crecimiento mundial, el que sigue aumentando de manera muy favorable. No percibo ninguna señal de moderación, y estimo que el Producto global se aproximará al 4% o 4,5%. A esto se suma la inercia de la política monetaria con tipos todavía expansivos, elementos puntuales como los cambios en las expectativas que se traducen en sólidos desempeños en la inversión y los planes de reconstrucción asociados al terremoto.
POLITICA MONETARIA
– Surgen voces que sugieren una pausa en el proceso de normalización monetaria, ¿Le parece prudente?
– No se justifica una pausa en el corto plazo. Siempre dijimos que se sustentaba una moderación en el ritmo de ajuste a 25 puntos base durante este verano, pero la tasa de interés sigue estando muy por debajo de la neutral, por lo que el Banco Central debe continuar corrigiéndola. Más que considerar una mantención, hacia marzo o abril, dependiendo de las perspectivas de inflación, las que debieran ir al alza, y del dinamismo económico, podría discutirse una aceleración en este proceso de normalización.
La economía avanza hacia el pleno empleo y las holguras se han cerrado a una mayor velocidad que la que se anticipaba, por lo que es difícil encontrar argumentos para que los tipos no se aproximen a su nivel neutral.
– Se esgrime que la ampliación en el diferencial de tasas respecto a las del mundo podría generar desequilibrios domésticos…
– Tampoco lo justifica el hecho de que las tasas en los países desarrollados permanezcan bajas. Si hay desacoples en materia de crecimiento, de precios de activos, de monedas; en definitiva, también los tienen que haber en el ámbito de la política monetaria.
– ¿No ve un riesgo en ese camino?
– Está el riesgo de que algunas naciones emergentes se muestren más benévolas en desarrollar políticas contracíclicas. Eso podría, primero, acelerar la inflación de activos y como consecuencia el crecimiento económico; y, segundo, acrecentar las presiones en el nivel de precios hacia el siguiente semestre; finales de 2011 y 2012.
– ¿Advierte alguna posibilidad de desborde inflacionario?
– No en el corto plazo; el próximo año no debiera ser de desborde. El IPC podría concluir subiendo entre 3% y 4%, dentro del rango objetivo, pero en la medida que se acotan las brechas de capacidad, en que los salarios asciendan y que el tipo de cambio juegue un rol menor como válvula de escape, esos riesgos se podrían materializar en 2012. En ese horizonte se debiera estar ejecutando la política monetaria. Con todo, proyectamos que habrá un tránsito acelerado hacia una tasa neutral del 6% más que una pausa en torno al 4% o 4,5%.
MAYOR CONCIENCIA
– Todo indica que la intervención cambiaria se ha desvanecido como alternativa en estas semanas, ¿qué opina usted?
– Hay mayor conciencia tanto en las autoridades como en el sector privado del riesgo de inefectividad de la intervención cambiaria; incluso, de que esa opción induzca mayor flujos de capitales a los estimados.
– ¿Cómo podría producirse ese fenómeno?
– Puede darse en un contexto en el que el tipo de cambio de equilibrio para 2011 o 2012 es aún menor. Si hay algo positivo de la flotación es que al haber volatilidad se desincentivan incrementos abruptos en la entrada de capitales; opera como un amortiguador de la bonanza. Otro aspecto del que hay mayor conciencia es que la intervención tiene que ir acompañada de altísimas tasas de ahorro en el sector público.
– Eso podría darse en 2011…
– Así es. Si el valor del cobre persiste en los niveles actuales, se podría lograr un superávit fiscal de entre 3% y 4% del PIB, y, eventualmente, en 2012 cercano al 8% del Producto.
– Por último, ¿qué le parece el reajuste salarial de 4,2% planteado por el Gobierno para los empleados fiscales?
– El 3,7% ofrecido primero lo considero razonable; y también lo sería un alza algo mayor. Lo sugerido por la autoridad se condice con el contexto que enfrenta la inflación, y con el recorrido del mercado laboral. Además, los funcionarios de esa área podrían empezar a tener mejores oportunidades en el sector privado, de tal manera que puede haber un incentivo para que este ajuste no sea tan costoso.