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Chile se distancia

Búsqueda (Uruguay)

Varios amigos uruguayos volvieron a Santiago después de cuatros años sin visitar la ciudad. Como en 2005 y 2009, cumplieron con el ritual de pasar la Semana Santa en Chile, aprovechando a ver in situ el partido de las eliminatorias entre “la roja” y “la celeste”. Quedaron decepcionados con el resultado, pero impresionados por los avances del país. Ninguna novedad. Se trata de una constatación bastante generalizada entre muchos profesionales y empresarios uruguayos que han intensificado las relaciones comerciales y estratégicas con sus pares transandinos. Chile muestra un boom económico como no se veía desde mitad de los ’90. Así lo ratifica el balance y las perspectivas que entregó esta semana el Banco Central.

En 2012 la economía creció a una tasa de 5,6% y con ello promedió casi 6% en el último trienio. Para este año, la autoridad monetaria elevó la proyección de crecimiento a un rango entre 4,5% y 5,5%. Como resultado, Chile alcanzaría un Producto Interno Bruto (PBI) de 300 mil millones y volvería a distanciarse de la región al superar los 20 mil dólares de ingreso per cápita (medido a paridad de poder de compra). Esto, junto con políticas públicas focalizadas, ha estado en la base de la mejora adicional mostrada de los indicadores sociales, con un aumento en la movilidad social y en la igualdad de oportunidades, tal como lo refleja que los extranjeros residentes se hayan duplicado en la última década.

Si bien en ese alto dinamismo económico hay una incidencia mínima de la reconstrucción post terremoto 2010, la expansión ha estado sostenida en el mayor impulso externo, pero sobre todo en el manejo de las políticas internas y la consolidación de un alto crecimiento potencial (5% según un comité independiente de expertos).

Por su elevada diversificación e inserción global, Chile se ha visto poco afectado por la crisis europea o los problemas de algunos países en América Latina. Sigue beneficiado por su fuerte exposición al dinamismo de China y otros países emergentes, así como por la recuperación de Estados Unidos. Y continúa recibiendo los estímulos asociados a la debilidad global del dólar, los consiguientes altos precios de exportaciones y las condiciones financieras expansivas a nivel mundial. Todo ello combinado con las buenas expectativas para el país, pero sobre todo con la mayor resiliencia que los inversionistas le atribuyen ante escenarios externos más adversos, ha acelerado la llegada de inversión extranjera.

Este impulso externo ha estado presente en toda América Latina. Sin embargo, durante este trienio, Chile no sólo ha retomado el diferencial positivo de crecimiento frente al resto del mundo, sino que también respecto al promedio de la región. Esto se explica por el buen clima de expectativas internas, en parte asociado a la ausencia de grandes desequilibrios internos.

Las presiones inflacionarias siguen muy controladas, pese al alto dinamismo de la demanda interna y el pleno empleo en el mercado laboral. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló una variación de 1,5% en 2012 y para este año se estima esté en torno a la meta del Banco Central (3%). En ello ha sido clave el anclaje de las expectativas, la elevada credibilidad en las políticas y el buen manejo monetario.

No parece que el control de la inflación haya descansado excesivamente en la apreciación del peso. Si bien el tipo de cambio real ha caído cerca de 20% desde 2009, aparece alineado a sus fundamentos y muy por encima de sus mínimos históricos. A ello ha seguido contribuyendo la regla contracíclica en materia fiscal, que obliga a ahorrar los ingresos sobrenormales por el cobre y acota las expansión del gasto al crecimiento tendencial del PIB- ha reflotado el superávit en las cuentas públicas y consolidado la posición acreedora del gobierno.

Con todo, como bien se ha reclamado desde varios sectores, incluso desde la propia oposición de centroizquierda (“la Concertación”), el ahorro fiscal ha sido insuficiente para acotar el aumento en el déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos, que ya acumula dos años en torno a 4% del PIB.

Hay varios elementos que aminoran las preocupaciones implícitas en este desequilibrio.

Primero, porque lo explica esencialmente el boom privado de inversión en algunos sectores exportadores. Segundo, porque ha estado financiado mayoritariamente por inversión extranjera directa, con menor riesgo de reversión abrupta. Tercero, porque Chile tiene hoy el menor nivel de pasivos externos netos en los últimos 30 años, apenas 15% del PIB. Y por último, lo más importante, porque ante una interrupción abrupta de los flujos de capitales, la economía tiene mayores grados de flexibilidad que en el pasado, tanto en materia cambiaria (incluyendo la baja dolarización) como monetaria (por su alta credibilidad) y fiscal (por los ahorros acumulados).

“Cuando la marea se retire, veremos quién se está bañando desnudo” suele decir Warren Buffet, el famoso inversionista estadounidense. La marea que favoreció a América Latina en la última década se va replegar en el próximo quinquenio. Independiente de quien gane la elección este año, ya sea de nuevo Michelle Bachelet o un continuador de Sebastián Piñera, todo indica que Chile estará bien pertrechado. Eso justifica tenerlo más en el radar como socio comercial y estratégico.

  1. julio bellagamba
    abril 14, 2013 a las 18:24

    Sin lugar a dudas Chile a tenido un rumbo económico mas maduro que el resto de sud américa, eso le permitió esos niveles de crecimiento. Es un ejemplo a tener en cuenta

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