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«Inversionistas perciben continuidad económica con posibles ajustes» tras elecciones de Uruguay

Comparto la entrevista con el periodista Fabián Tiscornia del diario El País (sábado 18 de octubre) a propósito de las perspectivas económicas para Uruguay tras las elecciones parlamentarias y presidenciales.

http://www.elpais.com.uy/informacion/lema-inversores-perciben-continuidad-economica.html

Diario El País (18 de octubre), Fabián Tiscornia

El economista Aldo Lema, director de Vixion Consultores, dijo en entrevista con El País que a diferencia de las campañas de Chile y Brasil, en Uruguay “no hay polarización en visiones económicas”, si bien se ven “algunos matices en el manejo de instrumentos”.

A su juicio, el próximo gobierno deberá corregir algunos desequilibrios como ir hacia una “consolidación fiscal”, “reencauzar la inflación” y dar alguna señal en materia de política salarial. Afirmó que “es muy poco probable” que las propuestas de los partidos que impliquen reducción de tributos o gastos se den al principio.

—¿Cuál es la primera medida que tiene que tomar el equipo económico que asuma el 1° de marzo?

—Hay dos planos para trabajar. El primero es en materia de señales y expectativas, adoptando una posición más realista respecto al ciclo económico que viene tanto a nivel internacional como local. El crecimiento va a ser menor en el período que viene y por tanto los desafíos van a ser mayores. En el segundo plano, el de los anuncios concretos, hay ámbitos de la política macro orientados a corregir algunos desequilibrios que son prioritarios.

—¿Cuáles serían?

—Hablar de consolidación fiscal, en el sentido de transitar en el próximo período a niveles de déficit fiscal menores. Esto significa que se puede tener un déficit mayor en el corto plazo —hoy en términos estructurales es según el FMI superior a 4% del PIB— y dar señales de que eso va a ir convergiendo a niveles cercanos al 1% del PIB. Para ello se necesita una política de crecimiento del gasto público menor al crecimiento tendencial, estimado en 3% para los próximos años. Junto con esta consolidación fiscal, está la necesidad de ir señalando con un mayor énfasis la desindexación salarial (que los salarios ajusten por la inflación proyectada, en vez de por la verificada en el último año) y para que tanto trabajadores como empresarios estén de acuerdo en ir incorporando inflación esperada en sus procesos de fijación de precios y de salarios, hay que acentuar el compromiso de moderación de la inflación en un horizonte de dos o tres años. Para eso se necesita algo de consolidación fiscal, que permita que el dólar pueda seguir subiendo sin que eso nos desvíe aun más de la meta inflacionaria (de entre 3% y 7%) o nos ponga en riesgo de superar el 10% de inflación. El tercer ámbito tiene que ver con la recuperación de la competitividad. En la medida que haya un programa creíble en el plano de consolidación fiscal, reencauzamiento de la inflación y algo de desindexación salarial, la ganancia en competitividad va a ser más genuina. El alza del dólar en términos reales va a poder materializarse.

—¿Hay grandes diferencias económicas en los planteos de los partidos?

—Se ven algunos matices desde el punto de vista del manejo de los instrumentos o de las preocupaciones sobre el entorno externo o sobre la incidencia que este ha tenido en el desempeño de Uruguay y que podría tener en el futuro o en los desequilibrios. Por un lado, el gobierno tiende a minimizar en general algunos de los desequilibrios que se han generado en el último tiempo, la oposición pone más énfasis en que estos desequilibrios pueden ser más difíciles de manejar en el escenario que viene. De una u otra manera, en términos de políticas macro no se ven diferencias significativas y eso está reflejado en los precios de los activos. Uruguay no tiene una Bolsa muy profunda, pero tiene bonos que cotizan en los mercados locales y globales y el propio dólar que suele ser un termómetro de las expectativas hacia futuro. Estos, cuando han aparecido encuestas, no han tenido un comportamiento que sugiera que va a haber diferencias muy significativas desde el punto de vista del manejo económico. En general a nivel de analistas, de inversores, se percibe que va a haber continuidad con matices, con algunos posibles ajustes. En esta etapa electoral, tampoco hay detalles muy finos respecto a algunas medidas más concretas. Si uno mira la campaña de Chile hace un año, había anuncios de reformas muy relevantes desde el punto de vista tributario, laboral y constitucional que polarizaron la elección. Eso en Uruguay desde el punto de vista económico no está. En la campaña de Brasil hay un debate respecto a la situación económica, por estar en recesión, alta inflación y eso ha centrado parte de las discusiones. En el caso de Uruguay, no hay tal polarización en visiones económicas.

—¿Son compatibles las propuestas de los partidos de resignar recaudación por alivios tributarios o de más gastos con un déficit fiscal que mencionaba como un poco alto?

—Se compite electoralmente con retórica y luego se gobierna con acciones, medidas concretas, sujetas a las restricciones que enfrenta el país. Desde el 1° de diciembre en adelante se va a incorporar una dosis de mayor realismo respecto a lo que viene. Además, es sano que así sea en cualquier escenario. Siempre es más razonable ponerse en un escenario que pudiera ser más adverso, aun cuando termine siendo más favorable. Porque si termina siendo más favorable, algunas de las medidas que se tomaron no necesariamente van a ser tan costosas como sería a la inversa, esto es ponerse en un escenario más optimista y que luego el entorno termine siendo peor. El costo de equivocarse es mucho mayor siendo optimista que realista o algo pesimista. Es muy poco probable que algunos de los planteos se puedan concretar al principio. Eventualmente más adelante, si la situación lo permite, se podrían concretar. Uruguay hizo cosas para diferenciarse y eso le permitió tener una tasa de inversión de 24% del Producto. Va a tener que profundizar algunos de los manejos que ha hecho, para justamente ante un entorno más complejo a nivel global, menor llegada de financiamiento, se pueda diferenciar.

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