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¿Se sostendrá el dinamismo laboral en Uruguay?

noviembre 15, 2014 Deja un comentario Go to comments

2014 fue otro año de fortaleza en el mercado de trabajo uruguayo. Las cifras del último trimestre no debieran cambiar esta conclusión. El desempleo cayó a 6,2% en setiembre y se perfila a un promedio anual algo superior al registrado en 2014 (6,5%). Se trata de cifras históricamente bajas y en torno a las cuales la desocupación ha fluctuado en el último cuatrienio.

La prolongación del (casi) pleno empleo obedeció a la reaceleración de la ocupación que revirtió las señales de moderación e incluso estancamiento en el bienio previo. Así, este año, la tasa de empleo retornó a un promedio anual superior a 60% de la población en edad de trabajar, reflejando la creación de cerca de 30 mil nuevos puestos de trabajo. Esto permitió absorber una fuerte alza en la participación de personas en el mercado laboral, que llevó la fuerza de trabajo a un récord histórico y devolvió la tasa de actividad al entorno de 65% de la población en edad de trabajar.

Aunque algunos indicadores de demanda laboral o duración del desempleo, podrían alertar un mercado menos dinámico, el resto da cuenta en general de una fortaleza extendida. Destaca el dinamismo de la masa salarial impulsada no solo por el aumento del empleo, sino también por el alto crecimiento de los salarios reales. Estos se perfilan este año a un incremento promedio superior a la productividad del trabajo (4% vs 2% aproximadamente), reflejando en parte los reajustes acordados en las rondas 2012-13 de las negociaciones colectivas. Quizá termine siendo ese desvío, de mantenerse por mucho tiempo, la mayor alerta sobre una inflexión en estas tendencias laborales.

Con todo, el factor clave detrás del refortalecimiento del empleo y del mercado laboral en 2014 fue la prolongación de crecimiento económico, aún cuando éste sea menor al registrado en la última década. Si bien incidió negativamente el ajuste de la construcción y varias ramas industriales, esto se vio más que compensado por el dinamismo extendido de varios sectores no transables. Tampoco puede descartarse que la desaceleración esté teniendo un menor impacto si es percibida como transitoria. Algo de eso parece estar pasando en otros países de la región donde el desempleo se ha mantenido relativamente resiliente al ciclo del menor crecimiento del último bienio.

En el caso de Uruguay, ¿se sostendrá este dinamismo laboral? ¿Qué esperar para el próximo año y los subsiguientes?

Por un lado, para la evolución de la masa salarial, el factor clave volverá a ser el crecimiento económico. Por otro, para el empleo, lo será también el comportamiento de los salarios reales respecto a la productividad. Esto viene de dos regularidades que suelen observarse.

La primera es que, a la larga, la masa salarial crece pari passu con la expansión del PIB, reflejando que la remuneración del trabajo es relativamente estable en el ingreso.

La segunda, derivada de la anterior, es que la expansión del empleo es similar al diferencial entre el crecimiento del PIB y de los salarios reales.

Así lo sugiere la teoría económica y la evidencia internacional. Pero más importante lo ratifica lo ocurrido en Uruguay durante la última década.

En efecto, tras la crisis financiera, desde 2003, el PIB y la masa salarial aumentaron a una tasa promedio cercana a 5% real anual. Esto, a su vez, se distribuyó aproximadamente igual entre la expansión del empleo y los salarios reales en estos doce años de crecimiento sostenido.

Más recientemente, durante el último quinquenio, la convergencia entre PIB y masa salarial se mantuvo, pero con una mayor expansión de las remuneraciones y menor de la ocupación. Lógico que fuera así: Uruguay transitó desde una etapa de amplia disponibilidad de mano de obra a otra de relativa escasez.

Hacia adelante, la masa salarial seguirá aumentando a la par del PIB, pero el ritmo proyectado para éste es menor. Si como planteaba en una columna anterior, el crecimiento económico converge a menos del potencial de 3% en 2015-2020, la expansión de la masa salarial aterrizará a una cifra similar. Esto implicará evidentemente una marcada moderación del dinamismo general del mercado laboral.

La duda está en cómo se distribuirá esa desaceleración ente empleo y salarios reales. Si como ha ocurrido en el último tiempo, estos siguen creciendo a tasas cercanas a 4%, el ajuste recaerá fundamentalmente sobre la creación de puestos de trabajos.

Para que la ocupación o el pleno empleo no se vean muy afectados, ante un escenario de menor crecimiento, será necesaria una moderación en la expansión de los salarios reales, como máximo al ritmo de la productividad. Este será uno de los grandes desafíos de política económica del próximo gobierno, especialmente porque está planteado lograrlo sin una sorpresa inflacionaria como mecanismo de ajuste. Y requerirá desde señales realistas explicitando los escenarios de riesgos que podría enfrentar la economía uruguaya en el próximo quinquenio, hasta políticas laborales y salariales más cautelosas desde todos los ámbitos.

  1. Paula
    enero 8, 2015 a las 19:06

    Es interesante de lo que trata el texto sobre lo que sucede con el empleo y con los salarios, yo creo que esto también de alguna manera incide en la población y en el poco crecimiento de la misma, leí algo http://jorgeguldenzoph.com/fenomenos-sociales/las-puntas-de-un-iceberg-amenazante/ que me aclaró un poco el tema, como también otros textos de Jorge que tratan distintos aspectos de la actualidad.

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