«No se ven factores externos o internos que anticipen una recuperación»
Comparto la entrevista con la periodista Olga Bustamante de Diario Pulso (Lunes 9 de junio) sobre la desaceleración de Chile, la mayor inflación, las perspectivas de una recuperación, el manejo del Banco Central y la expectativa para el nuevo Informe de Política Monetaria.
Diario Pulso (Lunes 9 de junio), Olga Bustamante
Aldo Lema, economista asociado en Grupo Security, considera que el Banco Central (BC) no tiene una tarea fácil en el mensaje que deberá transmitir el próximo lunes 16 de junio en su segundo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año. La desaceleración de la economía no da signos de ceder, como lo demostró el magro Imacec de 2,3% de abril, pero a su vez la inflación se ubica en niveles de cuidado -4,7% en 12 meses- y al parecer por más tiempo del esperado, cosa que el propio instituto emisor ha empezado a reconocer. De acuerdo a ello y aún cuando es pesimista en materia de repunte del crecimiento en 2014, Lema asegura que “mucho de lo que podía hacer el BC, ya lo hizo”.
Tras el Imacec de abril, ¿se puede decir que la desaceleración de la economía chilena se sigue profundizando o ya está tocando fondo?
-Las señales son mixtas. Parece improbable que veamos cifras interanuales menores, pero tampoco una recuperación. La desaceleración está siendo atenuada por la mayor producción minera y la maduración de algunos proyectos. Sin embargo, el resto de los sectores, más ligados a demanda interna, siguen con un muy pobre desempeño, sobre todo en la punta, por ejemplo en la comparación de abril respecto a marzo.
Pareciera que a la debilidad de la inversión se suma ahora la del consumo. ¿Cómo debieran seguir evolucionando ambos componentes del gasto?
-La inversión sigue ajustándose, aunque a un ritmo algo más moderado, sin que haya factores que puedan reimpulsarla. Tasas más bajas y mayor inversión pública se compensan con la menor rentabilidad esperada para el capital y la mayor capacidad ociosa. En el caso del consumo privado, la desaceleración podría acentuarse con el deterioro de las expectativas y del mercado laboral. Por primera vez en varios años, crecería a la par del PIB.
¿Qué espera para el Imacec de mayo y para el segundo trimestre?
-Los Imacec de mayo y junio serían mayores al de abril. Pero el crecimiento del segundo trimestre no sería muy diferente al del primero, tanto en términos interanuales como en el margen, respecto al anterior. Ambas mediciones sugieren que Chile está creciendo entre 2,5% y 3%. No se habría profundizado la desaceleración, pero tampoco están las señales de recuperación esperadas por las autoridades y el consenso.
Las autoridades y parte del mercado insisten en que la economía chilena irá este año de menos a más. ¿Comparte esa visión? ¿Mejorará el ritmo de actividad en el segundo semestre?
-Claramente esa visión está más en duda ahora. Y así lo ha reconocido el propio ministro de Hacienda y probablemente también el Banco Central la próxima semana. No se ven factores externos o internos que anticipen una recuperación. Si 2013 fue el año de la desaceleración, 2014 sería el de la ausencia de reactivación. No se ven factores que permitan retomar el diferencial positivo de crecimiento vs el resto del mundo.
En este contexto, ¿hay todavía posibilidades de que el PIB se expanda 3% este año o ya es un hecho de que será menos que eso?
-Un crecimiento sobre 3% parece poco probable. El escenario central sigue apuntando a una expansión entre 2,5% y 3%. Creo que 2014 está bastante jugado. Ahora el gran tema, sobre el cual las autoridades deberían pronunciarse, es cuán probable es que este escenario se repita en 2015.
¿En qué situación queda el BC frente a este cuadro? ¿Puede actuar bajando la tasa o está restringido por lo que pasa con la inflación, que ya se ubica en 4,7% en 12 meses?
-Mucho de lo que podía hacer el Banco Central, ya lo hizo. Más allá del nivel de la TPM, las condiciones financieras son muy expansivas. Así lo indican los niveles históricamente bajos de las tasas largas y la propia depreciación del tipo de cambio. Hacía sentido el relajamiento monetario que se impulsó. Y ahora hace sentido “esperar y ver”.
En ese sentido, ¿cómo califica los dichos de Rodrigo Vergara la semana pasada en un seminario en Viña, donde no hizo alusión a seguir bajando la tasa, y en cambio sí indicó que actuarán para que la inflación baje de vuelta a 3%?
-Pareció quitar el sesgo levemente expansivo aún vigente. Diría que fue un mensaje neutral, con cierto tono restrictivo. Probablemente el Banco Central esperará a que se despejen algunas dudas: si la inflación subyacente se modera, el grado de holguras, el deterioro de las expectativas, el presupuesto fiscal 2015, etc.
¿Es la tasa el instrumento para lograr una recuperación en el actual escenario, o hay factores más estructurales?
-Más que una gran recuperación, la tasa amortigua la desaceleración. Pero eso es condicional a expectativas ancladas y la credibilidad del BC. Hasta ahora ambas están intactas, pero hacia adelante podrían estar en entredicho ante evidencia de una desaceleración más de oferta, por bajo crecimiento potencial, que de demanda.
¿Qué proyecta en materia de inflación, podría sobrepasarse el 5% en 12 meses, cuándo? El mercado vio con ojos favorables el 0,3% de mayo.
-A primera vista el 0,3% dio tranquilidad por los altos registros previos. Sin embargo, depurado por algunos elementos volátiles y la reversión de la tarifa del bus interurbano, la inflación subyacente sigue elevada. Las cifras mensuales del próximo cuatrimestre deberían estar en ese entorno, con el riesgo de que sean mayores. Eso efectivamente implica una inflación interanual cerca de 5%, pero más relevante es la inflación subyacente sobre el techo del rango, sin que vaya a reencauzarse antes del segundo trimestre de 2015.
A juicio de Alejandro Fernández el BC está llegando tarde con su actual preocupación por la inflación. ¿Se equivocó la autoridad al minimizar el impacto cambiario y otros?
-En general no. Era razonable recortar 100 puntos la tasa de interés dada la desaceleración y las perspectivas para el mercado laboral. Quizá lo sorprendió el ajuste cambiario y el rebote de los precios de las materias primas. Creo que se minimizó que la desaceleración obedece más a restricciones de oferta que a insuficiencia de demanda, y por tanto hubo una sobreestimación de la reapertura de holguras por asumir un crecimiento tendencial cercano a 5%. En esto el BC debería independizarse del consenso y entregar sus propias estimaciones.
¿Cuál cree que será el mensaje de fondo que buscará transmitir el BC en su IPoM del lunes 16 de junio?
-Este es de los IPoM más importantes del último tiempo, con una posición muy difícil para el BC. Volverá a recortar el crecimiento, sin que el escenario externo haya cambiado mayormente. Volverá a subir los pronósticos de inflación, pese a la desaceleración acentuada. Y por si fuera poco, debería explicitar los efectos de la reforma tributaria sobre las proyecciones e insistir sobre la incapacidad adicional de la política monetaria para lograr una reactivación. No se le pueden pedir peras al olmo.